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Teme a Dios


Les invito, a los lectores serios que deseen hacerlo, leer este tema. Les aseguro que bien aplicado, les servirá de utilidad. Por Pastor Juan… Por causa del ambiente social que se ha ido creado, y por causa del “medio” o “medios” que nos rodean, se nos hace más y más necesario el saber expresarnos en manera pública, aun cuando algunos digan que prefieren mantenerse al margen, en especial en temas que atañen a la fe, y/o políticas socio-económicas e histórico-culturales que afecten directa o indirectamente nuestra forma de vida cristiana, aparte de nuestra vida cotidiana. ¿Para qué nos sirve el discurso público? Bueno, pues primero entendamos que el discurso público lo utilizamos para situaciones de comunicación, sean específicas o circunstanciales, y por el hecho de que se abarcan temas de relevancia o de interés a ciertos grupos de una comunidad. ¿Porqué? Porque en la vida diaria enfrentamos distintas formas de discursos públicos. Por ejemplo; en la radio, en la televisión, por los medios sociales, etc., en las que interactuamos en forma comunicativa. Pueden ser en forma escrita, hablada o lo que se llama en “público”, sobre temas que puedan ser de interés a un gran sector de personas. Algunas de estas instancias orales son debates, foros públicos, paneles de discusión, seminarios, simposios; discursos, mensajes políticos o religiosos y conferencias, entre otras situaciones. Dentro de los discursos públicos escritos están los ensayos, los artículos, las editoriales, etc., los que son elaborados para que “alguien” los lea, es decir, para un público determinado. Conceptualizando la palabra “discurso público”, podemos decir que es una instancia de interacción social, pues hay un emisor que habla o escribe para un grupo de personas, las que tienen el interés de recibir información de un tema. En una situación pública el emisor representa a un grupo, es un emisor colectivo, que goza de autoridad, respeto y confianza de los demás y por eso se desenvuelve en este tipo de instancias; es por ello que, en esta situación pública, los participantes tienen una relación asimétrica de comunicación y el registro a utilizar será el del habla formal, independiente que en ocasiones recurra a un lenguaje más coloquial. Así que si vamos a interactuar por cualquier medio. Si vamos a disertar debemos estar conscientes de varios factores: Primero, ¿cómo establecemos la Estructura del Discurso? Segundo, ¿cómo desarrollamos la Exposición del tema? Y cómo Concluimos nuestro tema. Pero a prima fase, o primera vista, eso no es suficiente, pues hay otros elementos a considerar. ¿Cuál es la intención del discurso o tema? ¿Cómo organizamos las ideas a ser presentadas en nuestro discurso? ¿Qué tipo de discurso hay, cuál es la diferencia y cómo los utilizamos? Y otro elemento extremadamente importante: ¿cómo interactúan los interlocutores? Pues hay que entender que cuando interactuamos en el discurso público unas veces somos el mensajero y otros son los recipientes del mensaje, y su algún recipiente contesta o responde, se convierte en emisor o mensajero y el mensajero original se convierte en recipiente. Por lo tanto, es importante que cuando interactuamos con otras personas, lo hagamos siguiendo reglas apropiadas de discurso. Eso amados, se conoce como decoro (del latin, decorum) público. Y algo más a considerar es nuestra posición como emisor. Hablemos algo de la Estructura del Discurso Cuando utilizamos discurso, o aun a nivel de comentarios, es necesario que entendamos que todo mensaje o discurso DEBE tener una estructura lógica o forma organizada, la cual podemos considerar como sigue: Presentemos una introducción clara, lo que se conoce como un “Exordio.” Se trata de nuestro planteamiento del tema, donde el que emite el mensaje o discurso “contextualiza” al lector, a su audiencia, del tema o asunto que va a tratar. Introducción o Exordio Es el planteamiento del tema, donde el emisor contextualiza al lector o al auditorio del asunto a tratar, el motivo de la conferencia u otra instancia, los fines o propósitos que se tienen y alguna otra especificación. Esto se realiza con la intención de involucrar al otro en el discurso. Luego, exponga el tema, o sea Exposición Se hace necesario un desarrollo del tema que se ha planteado, que contenga un “cuerpo,” que conglomere todas las ideas y fundamentaciones, y que en forma clara, presenta recursos discursivos apropiados, que el emisor o mensajero estime que sean pertinentes, ya sea en forma de hechos, datos estadísticos, gráficas, imágenes o cualquier otros elementos no verbales, o así como los que surgen de la tecnología, etc., que permitan mantener al público atento, conectado e interesado en la exposición del tema presentado. Tal vez nos preguntemos, ¿qué importancia tiene esto? O quizás digamos, esto es aburrido, pero para exponer ideas, pensamientos, datos, información, etc., se hace SUMAMENTE imprescindible manejar correctamente la forma de expresar nuestras ideas o desarrollar el tema, tener claridad en las palabras y familiarizarnos al tipo de receptores que se encuentran o que leerán el texto, para identificar qué lenguaje se utilizará y cuán profundo será el tratamiento del tema, considerando las circunstancias y el contexto de la enunciación. El problema es que muchos estamos tan acostumbrados a la vulgaridad, a las expresiones sin sentido, además de utilizar incorrectas formas interpretativas del tema en cuestión, incluyendo los temas bíblicos que exponemos. ¿Cómo presentamos una Conclusión adecuada? La conclusión, es aquella parte en que el emisor cierra su discurso y lo hace con un síntesis o resumen de las ideas presentadas, rescatando lo más importante, motivando a que los destinatarios se formen su propia opinión referente al tema expuesto.


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