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¿Perteneces o no Perteneces?

La pregunta del día es ¿perteneces o no perteneces? The question of the day is, do you belong or do you not? Es fácil distinguir, entre las personas que asisten a una iglesia locaL, quiénes verdaderamente pertenecen o no a dicho cuerpo de creyentes. En otras palabras, el verdadero creyente que recibe, posee y desarrolla un alto sentido de pertenencia, es aquel o aquella que recibe, posee y desarrolla también un alto sentido de responsabilidad y de compromiso al cuerpo de creyentes al que pertenece. Veamos: “3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, A CADA CUAL que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. 4 Porque de la manera que EN UN CUERPO TENEMOS MUCHOS MIEMBROS, pero no todos los miembros tienen la misma función, 5 así nosotros, siendo muchos, SOMOS UN CUERPO EN CRISTO, y TODOS MIEMBROS LOS UNOS DE LOS OTROS.” (Romanos 12:3-5)

Cuando escucho personas refiriéndose a las respectivas iglesias donde asisten de esta forma: “En esa iglesia…” “La iglesia del pastor Fulano…” “En la iglesia que yo voy hacen esto o aquello…” “Mire pastor en esta iglesia, esto o aquello…,” son expresiones que demuestran que no son personas comprometidas con tal iglesia o ministerio y son creyentes sin un sentido de pertenencia, por consiguiente, tampoco tienen un sentido de responsabilidad para con el cuerpo de Cristo local. Varios factores o indicadores determinantes son los que yo llamo, las “C’s de la mediocridad:” FALTA DE COMPROMISO FALTA DE COMPASION FALTA DE COMUNION FALTA DE CONSIDERACION FALTA DE COLABORACION (COOPERACION) Cuando los creyentes carecemos de estos elementos importantes, nuestro sentido de pertenecer es muy bajo, mediocre o no existente, y por lo general culpamos a otros por nuestra falta de entrega. Hablemos hoy de esa FALTA DE COMPROMISO. El ministerio no es un sentimiento, sino una responsabilidad que demanda entrega y compromiso. Pablo, como seguidor de Cristo y como ministro del Evangelio, poseía ese alto sentido de compromiso, de entrega por el Evangelio, por las almas y por la iglesia compuesta de almas salvadas. A veces nos enfocamos tanto en salvar a otros que descuidamos a los que ya Cristo ha salvado. Debe haber un balance entre la predicación a las almas y el discipulado de las mismas. Veamos, “8 Tan grande es nuestro AFECTO por vosotros, que hubiéramos querido ENTREGAROS no sólo el evangelio de Dios, sino también NUESTRAS PROPIAS VIDAS; porque habéis llegado a sernos muy queridos.” (1 Tesalonicenses 2:8) [Todo el relato de su esfuerzo entre los hermanos de Tesalónica puede leerlo en 1 Tesalonicenses 2]. Pablo entiende que el ser afectuosos, cariñosos unos con otros, muestra un gran sentido de pertenencia. La realidad es que Dios está más interesado en que vivamos para El, no necesariamente en que muramos por El. Aunque eso pudiera ser parte de esa entrega total, pues también llevamos las marcas de Cristo. De hecho, en el libro de los hechos se nos dan o se nos mencionan varias características de verdaderos creyentes comprometidos: “43 Y sobrevino TEMOR a toda persona; y muchas MARAVILLAS Y SEÑALES eran hechas por los apóstoles. 44 Todos los que habían creído ESTABAN JUNTOS, y TENIAN EN COMUN todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 46 Y PERSEVERABAN UNANIMES cada día en el templo, y PARTIENDO el pan en las casas, comían juntos con ALEGRIA y sencillez de corazón, 47 ALABANDO a Dios, y teniendo FAVOR con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.” (Hechos 2:43-47) Poseían un gran TEMOR REVERENTE a Dios y a los asuntos de Dios. Los líderes de la iglesia estaban impregnados del PODER de Dios. La FE (“todos los que habían creído”) se manifestaba en la UNIDAD (“estaban juntos”) y en la COMUNION (“tenían en común todas las cosas”) los unos con los otros. Se deleitaban en pasar tiempo juntos en amor y comunión. PERSEVERABAN en esa UNIDAD en el templo. Observe que se manifestaba la UNIDAD al compartir juntos en la casa de Dios. Disfrutaban la COMUNION partiendo el pan y comiendo juntos celebrando sus fiestas “Agapes.” Les caracterizaba el GOZO y la HUMILDAD… “comían con alegría y con sencillez de corazón.” Lo cual indica que procuraban la sencillez, la sinceridad entre ellos. Eran gente de ALABANZA. La falta de alabanza en un pueblo es un reflejo de la falta de comunión con Dios, falta de unidad unos con otros y falta de un sentido de pertenencia. Se manifestaba en ellos la GRACIA de Dios, “teniendo favor con todo el pueblo…” Y claro el resultado era una intervención divina por parte de Dios, pues el Señor mismo, edificando a SU iglesia, el mismo añadía a la iglesia los que habían de ser salvos. Nada de propagandas, nada de técnicas de hombre para crecimiento, nada de “estrategias” humanas, etc. Era la pura GRACIA de Dios operando en un cuerpo de creyentes comprometidos unos con otros y con Dios. Otros pasajes a considerar en cuanto a pertenecer: Romanos 12:5 – “…así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos MIEMBROS los unos de los otros.” 1 Corintios 12:25 – “…para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los MIEMBROS todos se preocupen los unos por los otros.” Efesios 4:25 – “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos MIEMBROS los unos de los otros. ¡En otro momento, con la ayuda del Padre, hablaremos de la FALTA DE COMPASION, como un indicador de la Falta de Pertenencia! Un buen artículo acerca de pertenecer a la familia de la fe, lo puedes hallar en: http://www.devocionalescristianos.org/…/la-bendicion-de-per…

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